Desde que empecé a comer sano y a comer las verduras de mi huerto, siempre he comido lechuga romana. Este año probamos a sembrar escarola pero no me gusta el sabor, también he probado la variedad maravilla de verano, que personalmente creo que se aprovecha más pero para el clima de esta tierra no es buena.
La última vez que compramos lechugas en el vivero, compramos romana como siempre, pero conforme han ido creciendo hemos podido comprobar que la mitad que nos dieron correspondían a la variedad oreja de burro.
La oreja de burro es una variedad muy parecida a la romana, sobretodo por su forma alargada.
Tiene unas hojas más gruesas y más rugosas, por lo que la hace parecer más frondosa.
Cuando crece es conveniente atarla para que la parte de dentro se quede blanquita, pero teniendo cuidado de evitar días de lluvia, niebla o excesiva rosada, porque sino se pudrirán.
Hoy toca para comer una ensaladica de esta lechuga como primer plato.
Irónicamente, para mi gusto esta mejor que la romana que se supone que es la que más sembramos, tiene más sabor, sus hojas son más gruesas y llenan más.