Situémonos en París,la capital francesa, en la isleta donde se encuentra Notre Dame.

Y ahí,entre la Santa Capilla y Notre Dame se encuentra el mercado de las flores.

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Cuando vamos andando hacia allí, lo primero que se empiezan a ver son de esas casetas que están al borde del Sena, abiertas y colmadas de macetas. Hay pocas, bueno en verdad es que cada puesto está formado de varias casetas.

El mercado está a la derecha, enfrente de las casetas, está como en una plaza, pero se ve que son puestos bien acondicionados y cuidados.

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Hay un par de pasillos aunque realmente si te metes en uno de los pasillos es como si te metieras en una de la tiendas. Las dependientas están por allí, colocando cosas, y cuando nos ven pasar no se asombran que sea sólo pasar, así que debe ser normal.

Había macetas de flores y plantas, vi bastante cantidad de Hortensias, flor que vi bastante por las calles de la ciudad. Vi que vendían adornos para las macetas de flor, como muñequitos y cosas así. Había también sobres de semillas y de flores, pero no vi ninguna variedad que me llamara la atención o que no viera por aquí, así que me volví con las manos vacías de semillas, y como plantas en el aeropuerto hubiera sido difícil pasar….pues lo mismo.

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Cuando llegamos al final del pasillo, salimos al otro lado de la «plaza» donde podemos ver asomar Notre Dame a la izquierda. En el puesto del final me quedé parada bastante rato mirando los accesorios para plantas/jardines/huertos que había, las casetas para insectos beneficiosos, me fascinaron. Durante nuestras andadas por París ya había visto en algún parque casetas de estas , parecidas.S abía para que eran,pero me chocó bastante la concienciación de los franceses de ponerlas en los parques o zonas ajardinadas. Como no,me quedé enamorada de esta idea y me faltó tiempo para sacar unas fotos y empezar a montarme mi proyecto personal en la cabeza.

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Hacía buen día, sol, calor y despejado, y en la parte del final del mercadillo había mesas donde vendían pequeñas macetas, de flores, de cactus, etc.

 

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Una pena no haber comprado aunque fuera una pequeña maceta, pero la visita fue bastante agradable.