Ayer trabajamos hasta las 15.00. Y nos envalentonamos y llamamos al señor que nos tenía que traer el estiércol y por fin no los trajo.

Tuvo que maniobrar mucho, y del peso del remolque y de la fuerza del tractor tenemos un par de desperfectos que tenemos que arreglar. Más trabajo a la espalda que no sé cuando lo haremos, pero prefiero no pensar en eso ahora. Estoy contenta porque llevábamos mucho tiempo queriendo echar estiércol al huerto, pues como esta vez nunca se le había echado, y aunque mezcláramos 7 u 8 sacos mal contados y mal conseguidos, o el saco de abono de la cooperativa, así en condiciones no lo habíamos echo nunca.

Nos ha dicho el señor que echemos un par de dedos por todo el huerto, y que cuando quitemos lo sembrado y labremos ese trozo que echemos un poco, y que el resto lo dejemos en un montón, ni sacos ni nada, aunque queremos coger algún saco para las plantas de casa.

Hoy hemos estado dos horas y media repartiéndolo por el huerto y no habremos hecho más de un cuarto. Eso sí, hemos dejado paso libre para dejar el coche cuando vayamos al huerto, y para que se pueda abrir y cerrar bien la puerta.

Y hoy hemos cogido una acelga para comer esta semana, y oye, ni punto de comparación con las acelgas que vendían ayer en el supermercado por 1.25€.