Los OMG (plantas, animales o microorganismos) amenazan nuestra salud, deterioran el medio ambiente y destruyen la agricultura familiar o sostenible, agravando el hambre en el mundo. 

Algunos datos:

  • Sólo diez multinacionales controlan casi el 70% del mercado mundial de semillas, lo que significa que los agricultores tienen poca capacidad de elección.
  • Los cultivos transgénicos no alimentan al mundo. El 99% de agricultores y agricultoras no los cultivan y el 90% de la superficie agrícola mundial sigue libre de transgénicos.
  • La industria anunciaba que en el año 2000 en el 50% de la superficie agraria europea se utilizarían cultivos transgénicos. Actualmente, solo en cerca del 0,1% de la superficie agrícola se utilizan transgénicos, lamentablemente la inmensa mayoría en España.
  • Cerca del 20% de los gases de efecto invernadero (GEI) son producidos por la agricultura industrial debido al uso excesivo de fertilizantes de síntesis.
  • El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo. Entre 1996 y 2011, su uso asociado a los cultivos transgénicos tolerantes al glifosato ha supuesto un incremento de 239.000 kg en el uso de herbicidas en EEUU.
  • En los últimos inviernos, la mortalidad media de las colonias de abejas en Europa ha sido del 20% (con un amplio rango de entre el 1,8% y el 53% de unos países a otros)
  • De los 52 mil millones de dólares anuales gastados en investigación agrícola, tan solo menos del 0,4% se dedica a investigar y evaluar iniciativas específicamente ecológicas

Greenpeace se opone a toda liberación de OMG al medio ambiente (liberación de animales o plantas). Los ensayos en campo o cultivos experimentales a cielo abierto, incluso a pequeña escala, presentan igualmente riesgos de contaminación genética, por lo que también deben prohibirse.

Greenpeace no se opone a la biotecnología siempre que se haga en ambientes confinados, controlados, sin interacción con el medio. A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.

¡Tenemos el derecho y la responsabilidad de conocer y decidir cómo y dónde se producen nuestros alimentos!

¿Qué puedes hacer tú?

Las personas tenemos derecho a elegir qué alimentos queremos consumir y cómo queremos que se produzcan.

Observadores de transgénicos comprobando el etiquetado en el Alcampo de Zaragoza.

– Consume productos ecológicos
Son alimentos producidos respetando el medioambiente y no está permitido el uso de sustancias químicas peligrosas ni de transgénicos. Consumiendo este tipo de productos también proteges tu salud. Puedes apuntarte a un grupo de consumo, comprar en tiendas especializadas e incluso en grandes superficies donde han incorporado productos producidos de forma ecológica.¡No olvides mirar el sello!

– Compra productos locales y de temporada
Apostando por productos locales y de temporada, contribuiremos a reducir el transporte, y por tanto emisiones que agravan el cambio climático y al fomento de la agricultura local y por lo tanto de la soberanía alimentaria.

– Evita en lo posible los productos elaborados y precocinados
Suelen contener un sinfín de ingredientes, emulgentes, glucosas, etc que proceden del maíz o de la soja, con alta probabilidad de contener transgénicos. 

– ¡Rechaza los transgénicos!
Para garantizar una cadena alimentaria libre de transgénicos y de sus derivados, debemos seguir rechazando su empleo por parte de la industria. Los productos de la lista verde de la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos pertenecen a empresas de las que Greenpeace ha recibido respuesta o recogido declaraciones respecto a sus políticas de no utilización de transgénicos o de sus ingredientes derivados.

Escribe a las empresas de los productos que consumes y expresa tu preocupación por el posible uso de ingredientes transgénicos.

– Conviértete en un/a observador/a de transgénicos
Cuando vayas a comprar, fíjate en la etiqueta. Si encuentras un producto en cuyo etiquetado hay ingredientes derivados de Organismos Modificados Genéticamente (OMG), anota los detalles del producto, si es posible saca una foto, e infórmanos.

– Devuelve los productos con transgénicos
Si compras sin darte cuenta un producto cuya etiqueta indica que contiene transgénicos (“modificado genéticamente”), pide al comercio que te lo cambie o que te devuelva el dinero.

– Propón a tu Ayuntamiento que se declare Zona Libre de Transgénicos.
Puedes solicitar a tu municipio/ciudad que tome medidas activas contra el uso de Organismos Modificados Genéticamente (OMG o transgénicos) en la agricultura y alimentación. La única forma para las regiones o municipios de preservar su agricultura y su entorno frente a los riesgos de estos cultivos es declararse Zona Libre de Transgénicos.

– Aumenta el consumo de productos de la colmena (miel, polen, propoleo, jalea real y cera).
Son sanos y con ello apoyas a los apicultores y por lo tanto a las abejas. La apicultura es una de las actividades humanas más sostenibles.

– En tu huerto, jardín, terraza
No utilices plaguicidas tóxicos, planta variedades locales y atractivas para las abejas y otros polinizadores y potencia los refugios naturales para polinizadores, o hazte tu mismo alguno.

Transgénicos | Greenpeace España.