Con tanta humedad se pusieron muy tristes, las hojas se les pusieron amarillas, y estancaron su crecimiento bien pequeñas.
Las sulfatamos con cobre hace un par de semanas y parece que eso les ayudo bastante, porque se curaron las hojas amarillas, cogiendo un verdor brillante y reanudando el crecimiento.
Han subido las temperaturas y ya hemos dejado atrás los días de cierzo y frío, algo que todas las plantas han agradecido mucho.
En total creo que tengo plantadas en total 14-16 calabaceras de distinta variedades, zapallo buternut, cabello de ángel, calabaza gigante, calabacín verde y otra que no me acuerdo el nombre que eran unas calabazas chafadas y dulces.