En el huerto rara vez se deja descansar la tierra un año. Rotas, siembras, siembras variedades que fertilicen más o menos, pero pocas zonas se dejan descansar un tiempo.
Nosotros tenemos dividido el huerto en dos, y lo que hacemos es sembrar cada año las patatas en un lado, ya que es la verdura que nunca falta y que más tierra ocupa. En la otra mitad sembramos el resto de la verdura de temporada, tomates, pepinos, melones y demás.
Cuando se acaba la temporada, allá por septiembre-octubre,le damos la primera labrada, para airear la tierra y dejarla preparada para su descanso de invierno.
En noviembre si no ha hecho muy mal tiempo, es decir,no ha llovido mucho con cierzo después (esto deja la tierra dura y la agrieta), sembraremos habas y bisaltos, si la tierra está dura habrá que labrarlo para sembrar. Estas verduras son buenas para fertilizar ya que cogen el nitrógeno de la atmósfera y lo fijan a la tierra. También es bueno cuando se arrancan las matas, dejarlas secar encima de la tierra, y cuando se secan labrar.
Después de esto la siguiente siembra suelen ser las patatas, entonces compramos un saco de abono en la cooperativa que esparcimos entero antes de labrar (ya mirare que lleva,porque ahí compramos tres tipos de sacos: abono, nitrógeno y nitrophoska, así que no se seguro que es lo que lleva).
Hace 2-3 años compramos un remolque de estiércol curado de vacuno, y repartimos por todo el huerto incluyendo los frutales, y después labramos para que se mezclara con la tierra.
Dicen que es bueno echar de vez en cuando y que como es un abono que tarda en descomponerse, los resultados se ven a los 2-3 años, así que a ver este año, aún así como nos sobró, alguna vez echamos alguna palada en sitios determinados, o por ejemplo el otro día al sembrar las judías.
Qué bien montado lo tenéis…así siempre tienes patatitas del huerto…que diferencia con las q venden…mmm!! Un abrazo Angelita!