Puse hace semanas uno de mis «inventos», una granja de caracoles. A mí no es que me motiven mucho, pero también se que hasta cierto punto son beneficiosos en el huerto, y nos los estamos cargando en el planeta como a las abejas.

En su día ya tenía una más pequeña hecha con una jaula de hámster, y aún me dio caracoles para algún plato, pero llegó la riada y la inundación y de entré todas las reparaciones del huerto esta fue la menos importante la verdad.

Mi mini invento-granja no es más q un armazón de madera con tapa rodeado de malla para que no se me escapen, el suelo está directo a tierra para que tengan frescor, y yo les voy echando hojicas de acelga y lechuga para que coman.

Caracol que veo por el huerto caracol que meto a la caracolera, y cuando están gordos me los llevo a la caracolera de casa. Es algo así como cruel engordarlos para morir, pero si los dejo sueltos por el huerto comerán mesurol y morirán igual.

Arreglando mi jardinera este fin de semana, la coloque ya en un sitio fijo en la esquina, al resguardo del aire, fijada a la tierra por abajo, y un sitio con ni mucho frío ni mucho calor.

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