Ahora a última hora hemos ido a regar el huerto. Pero que nadie piense mal ,lo del invernadero nada más, porque nos van a cortar el agua esta semana para limpiar los canales de riego, y sino no se cuándo volveremos a poder regar lo del invernadero.

La tierra de dentro estaba húmeda, y es que el plástico guarda muy bien del aire, que es nuestro gran problema aquí. Las acelgas están enormes y las lechugas incluso se están empezando a subir, con el frío de estos días cualquiera que lo oiga no se lo cree.

Tanta agua a destrozado el caballon de los fresones, habrá que arreglarlo con luz de verdad, pues las fotos se ven un poquillo mal, y allí la luz irrisoria de la linterna y los focos del coche, justo venían para no pisar nada peligroso y caernos.

Las habas y los bisaltos que sembramos están casi tan grandes como los que nos dio nuestro vecino abuelete. No se sí había flores, supongo y espero que no, porque sino entre el frío y el cierzo de estos días adiós cosecha, que no sería el primer año que nos pasara.

Algunos ajos se habían salido de la tierra y había pasado casi como en los fresones, que se había allanado el caballon.

Las flores que pusimos no he visto que haya nacido ninguna. Y de mis caracoles ni acordarme de mirarlos.