El pulgón, son esos bichillos negros y/o verdes que invaden la planta de manera masiva. Se diferencia por ser muy pequeños, y normalmente están puestos muchos bichillos en la zona que sea de la planta, formando como una colmena. Para evitar o salvarnos del pulgón podemos servirnos de varias maneras.
Entre los insectos beneficiosos están las mariquitas que se comen el pulgón.
Entre las más naturales para evitarlo,o si tenemos una pequeña plaga, está por ejemplo la planta de tabaco. La planta de tabaco, debido a su olor, atrae el pulgón y otros parásitos, los cuales se adhieren al reverso de la hoja de la planta, la cual es rugosa y pegajosa.
Si por el contrario la plaga es mayor pero todavía controlable, podemos usar infusión de ajo. Consiste en hervir un par de cabezas de ajo en un litro de agua durante 10-15 minutos. Luego el líquido de la cocción se separa,y los ajos se trituran y se cuelan. Se junta todo en un pulverizador, y se pulveriza la planta o plantas donde esté localizado el pulgón. Se puede pulverizar tantas veces o días se quiera o haga falta, ya que al ser algo «ecológico», no estropea la planta,ni tampoco hay que esperar para que haga efecto o para su consumo.
Estos dos primeros métodos, sirven siempre y cuando la plaga no sea muy grande, o no muy generalizada. Más bien cuanto más localizada está, sobretodo el método del ajo.
Si estos dos métodos no han funcionado, nos queda el recurso de pulverizar con Confidor (tratamiento químico con mochila de sulfatar). Usando este método es mejor sulfatar por la tarde, con algo de calor, y cuando no vaya a llover, ya que el sulfato tiene que estar un tiempo en la planta para que haga su efecto. Por ello, hay que esperar a su consumo 10-15 días.
Los dos primeros métodos son más o menos inocuos para poder cosechar. Quiero decir, que no usas productos químicos, y que no hay que esperar 10-15 día para el consumo, como por ejemplo pasa al usar tratamientos químicos como el Confidor.