Una vez el calabacín ha conseguido el tamaño, que consideramos óptimo para el consumo a nuestro gusto, lo cosechamos de la mata, partiendo la unión del calabacín con la mata.


Normalmente se puede partir esa unión sin hacer mucha fuerza, pero si queréis aseguraros de no estropear el calabacín coger un cuchillo para cortar esa unión.

Una vez en casa, lo lavamos y le cortamos tanto el rabo que lo unía a la planta,c omo el «culo» del calabacín el cual puede tener restos de la flor todavía.

Para conservarlo en el congelador, lo partimos en trozos de unos dos dedos de grosor. Cuanto más trozos más abulta en el congelador, pero más fácil es cuando se haga cocerlo y triturarlo.

Hay gente que usa bolsas de congelación con la cantidad que usaría cada vez que descongelara. Yo personalmente, uso bolsas de supermercado la más nueva que vea, y la lleno que se pueda cerrar holgada. Cuando voy a descongelar cojo varios trozos, y si están pegados con darles un pequeño golpecito con otro trozo congelado se sueltan.